Llegó la hora de terminar la prenda. En esta parte se muestra como: cerrar el interior con el exterior, realizar los dobladillos y puños, poner botones.
Terminaciones
¡Hola amigas! ¿cómo anda este camel coat? ¿listo para terminar y estrenar?
Vamos a comenzar la última etapa con la técnica del sandwich: el pan de abajo es el cuerpo del derecho, el jamón es el cuello y el pan de arriba es el interior de la prenda (que se cose de la misma manera que la parte de afuera pero en seda/raso/tafeta excepto la vista de las solapas que se corta en el mismo paño que el exterior).
Una vez armado el sandwichito y lleno de alfileres, pueden empezar la gran costura final: comienzan desde el borde inferior, van subiendo, pasan por el cuello, siguen por el otro lado y terminan en el otro borde inferior. En este momento toda la prenda está lista (y del revés) salvo el dobladillo y los puños.
Aquí pueden ver cómo tienen que quedar las esquinas inferiores de las vistas:
Una vez lista, deben dar vuelta la prenda como una media y planchar con muuucha calma, varias veces. Para fijar la forma del cuello y las solapas es muy importante:
- Recortar todos los excesos de tela y márgenes de costura sobrantes.
- Dejar limpias las esquinas, sobre todo cuando terminan en punta.
- Con la punta de la pinza, o un molde de madera, darle forma a las esquinas al dar vuelta.
- Planchar con plancha muy caliente (siempre probar primero en un retazo de tela, no queremos quemar nada…) con vapor.
- Utilizar nuestro super adminículo para formas redondas en el planchado, sobre todo en el cuello.
- Planchar poniendo un paño fino de algodón entre la plancha y la prenda (además de evitar que la queme, de esta forma no deja marcas).
A esta altura, tienen que estar dando saltitos de emoción al ver cómo quedó ese cuello al salir de la plancha. En mi caso, el baile victorioso consiste en dar vueltas sobre mi misma, con la prenda en los brazos, al grito de ¨¡soy una geniaaaa! ¡cómo me quieroooo!¨(¿ya les conté que la costura alimenta el ego?) En fin… ¿listas para el dobladillo?
Así está mi prenda. Las costuras con hilván flojo que ven en las solapas son para fijar la forma. Así las dejo lo más que puedo, hasta que la tela se acostumbra a su nuevo cuerpo.
Una vez más ¡damos vuelta la prenda! (acuérdense que este es el momento de volver a probar y corregir lo que sea necesario) y si ya creen que están listas para cerrar, solo hay que descoser un tramo de unos 10 centímetros del interior de la prenda, generalmente sobre una de las costuras laterales, debajo de la sisa.
Del lado del revés, enfrenten los derechos del paño de lana y la tela interior en todo el dobladillo, fijen con alfileres y hagan un pespunte de lado a lado.
Cuando terminen la costura, den vuelta la prenda para que quede del derecho (otra vez). Si le hicieron una solapa en el centro de la espalda, es hora de cerrarla con puntada a mano invisible. Si no hicieron solapa, sigan al siguiente paso.
Terminen con puntada invisible los poquitos centímetros que quedan sueltos, al final de la vista de solapa. El dobladillo del interior tiene que tener ese aspecto de bolsa. Se hace así porque esa caída permite moverse cómodamente. En una prenda bien hecha, el interior siempre tiene esa caída embolsada en el dobladillo -excepto las chaquetas Chanel… pero esas son otro capítulo 😉
Ahora, repitan el proceso pero para el dobladillo de mangas. Si les resulta complicado, o se pierden en el camino (suele pasar), aquí está el tutorial paso a paso.
Ahora ¡a planchar otro rato! Con mucho calor y vapor para dejar fija la forma del dobladillo.
Una vez terminado el planchado, pónganse su camel coat, brinquen con emoción, miren a esas diosas en el espejo y decidan dónde van a ubicar los botones, marcando con alfiler, tiza, jabón o hilván. El cordón que ven en la foto es poque quería ojales gorditos. Los cosí con puntada zig zag tupida, por encima del cordón.
Una vez terminado, disfrútenlo y presuman de ello 🙂 como yo.
¡Y mándenme sus fotos!
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