Bueno, creo que llegué a la edad en que quiero tener un clásico de clásicos: un Trench. Y como quiero que sea un clásico en serio, lo quiero con todas los clichés: beige, entallado, con alforzas y doble abotonadura ¡he dicho!
A estudiar
¿Ya les dije que soy un hongo de escritorio? Es así. Me gusta estudiar, aunque más que estudiar me gusta saber. Todo y de todo. Así que cuando decidí embarcarme en el diseño de mi propia moldería para un trench clásico, el primer paso fue entender por qué tiene la forma y figura que tiene. ¡Y vaya que descubrí una historia interesante!
Foto: Pinterest
Como gran parte de los clásicos de la indumentaria (la corbata, el cárdigan, las botas altas y tantos más) el origen del trench fue el ejército. El señor Thomas Burberry había estado experimentando con hilados y tejidos y a fines del 1800 inventó su famosa gabardina que repele agua. Pero su fama llegó de la mano de la Primera Guerra Mundial, cuando el gobierno británico le encargó una prenda que protegiera de la lluvia (y sucesivas gripes y otros bichos) para sus soldados, pero que además estuviera construida imitando los sobretodos y gabanes militares.
Foto: Pinterest
Fue así como nació el trench Burberry. Y hoy, más de 100 años después, sigue siendo la prenda más vendida de la marca y yo me dispongo a imitar a uno de sus modelos más clásicos: el Kensigton.
Foto: Pinterest
El diablo está en los detalles
Me llevó bastante estudio (y una pila de papel de molde y lienzo en la basura) hasta que logré el hacer el molde con la forma que quería. Una vez que tuve listo el molde, corté una copia en lienzo. Lo que más trabajo me dio fue el cuello, pero luego de 3 intentos, el 4 cerró como yo quería. Aquí traté de plasmar los detalles de construcción increíbles, que hacen a esta prenda tan única:
Una vez que dibujé y entendí la prenda, la desarmé para hacerme un croquis general de todos los moldes:
¡Uau! Ya me cansé antes de empezar, jajajajaja.
Con ustedes: la muestra
Las telas que voy a utilizar para mi trench cuestan un ojo de la cara, por eso decidí hacer una muestra en algodón, con todos, todos los detalles. Tengo que estar 100% segura de que es la forma y el tipo de costura correcta en cada sección. Así quedó luego de la primera etapa de costura (pido disculpas por la iluminación teatral, siempre termino de noche):
En el delantero se cierra con doble abotonadura, seis pares de botones (glup!). Para estar segura de que la prenda calza perfecto, le dibujo en la muestra la línea de cintura y cadera ¡no saben cómo ayuda, se los recomiendo!
Los bolsillos tipo ojal también tienen ojales y botones.
Además, tiene una alforza sobre el hombro izquierdo, con ojal y botón en la esquina que da al pecho. Esta alforza originalmente, se usaba para tapar la empuñadura del arma.
Sobre la costura de hombros lleva charreteras con botones y una presilla. Aquí se ajustaban las boinas y gorros.
La tirilla del cuello es más alta que lo normal, para repeler el agua de lluvia. Esta altura hace que quede genial la solapa levantada (muy onda espía de los ’50!):
En la espalda tiene una alforza que llega hasta la mitad de la sisa y se curva hacia el centro. Se mantiene fija con un ojal y ¡otro botón!
En el final de la falda tiene una abertura importante, para darle comodidad a los movimientos. La prenda es entallada en general, gracias a las costuras tipo princesas que tiene a ambos lados y el calce en la costura central de espalda. Pero ¡atención! eso no quiere decir que deba quedar ajustada, sino no se podrá usar con algún abrigo debajo.
Como verán, también dibujo detalles varios sobre la muestra, como las presillas del cinturón. En el original, este cinturón está construído en la misma gabardina que la prenda, con ojales bordados y una hebilla forrada en cuero. En el cinturón se mantiene otro guiño histórico: tanto adelante como atrás tiene unos aros tipo semicírculo ¿adivinan para qué son? En los diseños del ejército servían ¡para llevar granadas colgando!
En la segunda etapa de costura, enfrenté la némesis de toda costurera: la manga sastrera. En este molde presté especial atención al ancho de la manga y al entalle siguiendo la curvatura del brazo.
La copa de la manga está embebida. Eso quiere decir que la circunferencia de la abertura de manga es considerablemente más larga que la abertura de sisa (what??). Sip, y para hacerlas coincidir y no tener pliegues ni arrugas en la costura, hay que fruncir previamente la copa con puntadas paralelas (a mano, of course) y modelar con vapor. Y coser con muuuuuuuuuucho cuidado (y una que otra palabrota). Pero el detalle vale la pena. La manga sastrera calza perfecto (pido disculpas 2, por cara y pelo de domingo de cuarentena):
En una de las mangas probé de ubicarle las presillas y el cinto que va en los puños.
Así quedó la manga después de un par de ajustes: no tiene ninguna arruga en los hombros y cae con curvatura hacia delante, como el brazo. Por el ángulo de la foto, pareciera que me queda larga, pero llega justo pasando la muñeca.
El cuerpo es entallado, pero no ajustado ¡así lo puedo usar sobre sweaters!
Muestra final aprobada. ¿Qué opinan? Eso sí, hay que imaginarla con toda la estructura de la tela original, más el estabilizado que va a tener por dentro.
Un ícono de la moda
Esta prenda pasó de ser una herramienta de guerra a un ítem infaltable en toda colección, sobre todo en el Invierno 2020. Todo diseñador los ha imitado, rediseñado y hasta reinventado. Es que el trench dura mil años y va con todo:
Es el abrigo perfecto sobre un traje o un outfit más formar, como este diseño ¡impecable! de Max Mara. Foto: Vogue
Con botas texanas y pantalón de corderoy ¡recontra canchero! en este diseño de Celine. Foto: Vogue
Transformado en chaleco, por Dior. Un amor. Foto: Vogue
Mitad cuero, mitad pelo animal print, de Simkhai. Foto: Vogue
Con una estructura reinventada, de Monse. Foto: Vogue
En escocés clásico y bien holgado, diseño de Rag & Bone. Foto: Vogue
Ahora me toca la parte más meticulosa: desarmar la muestra, cuadricular los moldes y llevarlos a la computadora para digitalizarlos. Cuando termine con este bebé ¡va a estar listo para presentarlo en varios talles!
¡Las veo en la próxima! ¡Gracias por acompañarme!
XX
Que hermoso trabajo!
Me intriga porqué elegiste manga pegada sastre y no la clásica Raglán y donde vas a comprar la tela para esta perla.
Hermoso blog!
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Gracias Paula!!! Me encanta el clásico de manga Ranglán! Pero tengo espalda y hombros muy estrechos, así que me queda mejor la manga sastre 😉
Encargué tela que me recomendó un proveedor de mi ciudad. Estoy deseando que llegue! Es una gabardina gamuzada impermeable!
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