El dilema de los talles

¿Alguna vez les conté que tengo ob-se-sión por el estudio de la figura humana? Bueno, eso: tengo obsesión por el estudio de la figura humana.

¿Desde cuándo? 🤔🤔 Mmmmm no recuerdo el momento en que comencé a dibujar figuras y a estudiar proporciones, así que calculo que desde siempre. Es que corro con ventaja: mi mamá estudió Bellas Artes en el atelier de un renombrado maestro del tema en Buenos Aires y mi casa estaba llena de libros de técnicas de dibujo y pintura.

Como fui hija única durante mucho tiempo (hasta que mis hermanos vinieron a romper la armonía hogareña cuando tenía 7 años 😜) me dejaban jugar con cosas que normalmente están fuera del alcance de los niños, como una pinacoteca de arte.

Pero entre todos los libros, los que más me atrapaban eran los que estudiaban la figura humana desde la anatomía, los movimientos, la luz, las proporciones. Y entre ellos, los más preciados eran los de Andrew Loomis:

De tanto dibujar y estudiar proporciones, terminé siendo diseñadora gráfica. Y luego fui costurera. Creo que el proceso es absolutamente lógico ¿qué opinan?

Y ahora estoy conectando mi pasión por las formas, el diseño y la costura a través de la sastrería y del estudio de la figura humana aplicado a la moldería. Como dirían en El Rey León… «es el ciclo sin fiiiiiiinnnnn»

Una verdad ¿incómoda?

Si algo aprendí en estos años es que cada cuerpo humano es diferente y único. Pero al mismo tiempo, increíblemente similar en grupos y patrones. ¿Cómo se puede ser igual pero diferente? Ahí está la maravilla: somos CASI iguales, pero esa sutil diferencia entre cada uno, esa coma, esa décima de milímetro, cambia tanto el todo que nos hace únicos.

Ahora bien ¿por qué si mi cuerpo es único, debo ceñirlo a un número por tabla? Entiendo que la única manera de producir indumentaria en serie es crear una norma, sino sería imposible. Lo entiendo.

Pero ahí es donde entra la magia de la costura: este oficio tan versátil me permite estudiar y aceptar la forma de mi cuerpo y -como si esto fuera poco- me brinda las herramientas para decirle ¡chau! a la ropa en serie y ¡hola! a la ropa hecha a medida, cómoda, favorecedora y bien terminada por mí y para mí.

Es por eso que hoy les traigo mi método para definir un talle propio. No se hagan ilusiones que no es la invención de la pólvora, eh? Solo un sistemita que hace que todo calce mejor.

Para definir exactamente sus medidas, necesitan… medidas (¡WOW, hoy estoy más brillante que nunca! 🤓🤓). Ya se que da pereza, hay que tomarse el tiempo y todas esas cosas pero, just do it!

Para que no les sea difícil y no terminen en un papel que se pierde a los 10 minutos (me pasó como 1000 veces) les hice un cuadernillo -para que puedan imprimir- con los dibujos de cada medida y un casillero debajo de cada uno para que completen con sus datos. Además, adjunté la tabla de medidas Copycat, para que la puedan utilizar con cualquiera de nuestros moldes.

Una vez tomadas toooodas las medidas, busquen en la Tabla de Talles la que más se parezca en cada descripción y enciérrenla con un círculo. Así son mis medidas:

Como verán, en algunas prendas tengo las medidas de ¡tres talles diferentes! Entonces, a la hora de calcar un molde, lo hago respetando cada medida y cada talle. Por ejemplo, en un molde delantero de camisa, marqué en rojo MI talle, sobre los talles originales: 40, 42 y 44:

En el cuello, calqué el talle 40. Luego volví a pasar al talle 42 (teóricamente mi talle comercial) en la altura de hombros, pero mantuve el ancho de hombros del 40.

La sisa y el costado están hechos sobre el 42 y desde la cintura me voy lentamente hacia la cadera del talle 44. Y el dobladillo está hecho como a mi me gusta, sin respetar ningún talle.

Anímense a modificar los moldes y a respetar (y entender) las medidas de su cuerpo antes que las medidas de una revista de patrones. ¡Van a ver la diferencia!

Para descargarse el Cuadernillo de ayuda para tomar medidas y la Tabla Completa de Talles, hagan click aquí.

Espero que les sirva tanto como a mi ¡Les mando un beso grande! 😘😘

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